Máscaras curiosidades y orígenes

El origen de las máscaras se remonta a la noche de los tiempos, en el período del Paleolítico. Fueron inventadas por los cazadores y guerreros, ya fuera para rendir tributo a los animales que pretendían cazar o para intentar absorber su fuerza y poder.

Las primeras máscaras se confeccionaron con trozos de cortezas, madera tallada e incluso hojas y ramas. Pero sin lugar a dudas, es el uso de cabezas y cornamentas provenientes de animales lo que proporcionará a las máscaras su poder vital.

La mayoría de antropólogos coinciden en afirmar que el objetivo inicial de una máscara era reproducir una entidad o proyectar una actitud. Más adelante, la máscara servirá para representar a los dioses y sus actitudes mágicas o sobrenaturales. De todas formas, las máscaras tienen casi tantas aplicaciones como intenciones:

- Adivinatorias: Cuando el augur se la pone puede entrar en un estado alterado de conciencia, basado en un ritual, y vaticinar el futuro a través de ella.

- Funerarias: Cubren el rostro del difunto protegiéndolo en su viaje hacia el mundo de los muertos. A veces representan la imagen de un dios de gran poder en el mundo espiritual.

- Curativas: Suelen ser usadas por los chamanes y sacerdotes curanderos para luchar contra los espíritus generadores de las enfermedades, pero también para representar al espíritu de la curación.

- Totémicas: Simbolizan la fuerza de un animal de poder o de un arquetipo. Son una representación de los valores mágicos que pretende obtener el mago o la tribu que la usa.

- Religiosas: Persiguen rendir tributo a una divinidad. Quienes las poseen se suelen comportar como aquel dios que es honrado y que se materializa a través de la máscara.

- Iniciáticas: Se emplean en los rituales de paso. Persiguen anular la personalidad del neófito o futuro iniciado y despojarle de su antigua vida, de manera que se convierta en un nuevo ser cuando, tras la ceremonia ritual, se le quita la máscara.

- Domésticas: Habitualmente se confeccionan con el fin de proteger el hogar de las interferencias negativas. Pueden situarse en la entrada o en el interior de una choza o casa