día de la madre: ¿que es ser madre?
día de la madre: ¿que es ser madre?
Quizás estás leyendo esto después de un “largo día de madre”.
Quizás estas palabras te hagan sonreír y te parezcan sensibleras cuando ese día ha estado colmado de pañales sucios, de caras pegoteadas de dulce de leche, de berrinches y lágrimas.
Quizás te pongan triste: todo el mundo se preocupa por los niños ¿pero quién se preocupa por las madres? Y quizás te desanimen, porque ser madre es la tarea más difícil que jamás se haya inventado...
Cuando un niño nace, no conoce a nadie aún. No puede comprender que hay gente –otra gente-, o que hay un lugar en el cual esa gente está, ni que hay objetos que esa gente usa, acciones que esa gente emprende, relaciones que las guían. Para el recién nacido no existe nadie más que él.
Y sin embargo, transcurridos unos días, si le agitas un sonajero ante sus ojos, su vista eludirá el objeto para fijarse en vos. El sonajero no lo hará volverse, pero la voz de una determinada persona hace que sus ojos busquen el rostro familiar.
Es como si sus sentidos y su mente hubieran sido organizados para que –a través de un cuidadoso plan- él “reconozca” la voz y el rostro de otra criatura semejante a él.
La primera persona a la cual él reconocerá será la mamá.
La inteligencia, la competencia, la bondad y la confianza se forman en el comienzo de la vida del niño... y en el comienzo está mamá.
Es como para asustar. Y así vamos en busca de la “mejor manera” de educarlo. ¿Existe el método ideal? No, no existe. Criar hijos no es una técnica. Y el sólo hecho de que hayas querido tener hijos no te transforma en una “mamá” y listo. Ser mamá es un aprendizaje constante y continuo y a pesar de los rezongos, muchas veces nos sorprendemos a nosotras mismas pensando:
“Quisiera estirar, aunque fuera por un día, tu infancia, país de luz, globos, haraganería, ángeles de la guarda...”
Porque sabemos que un niño es la Verdad con la cara sucia, la Sabiduría con el pelo desgreñado, la Esperanza del futuro con una rana en el bolsillo.
Un niño es una criatura mágica. Puedes cerrarle la puerta del cuarto donde se guardan las herramientas, pero no Puedes cerrarle la puerta de tu corazón. Puedes echarlo de tu estudio pero no Puedes echarlo de tu mente. Todo el poderío tuyo se rinde ante él –es tu carcelero, tu jefe y tu amor... El, un manojito de ruido caripecoso.
Pero cuando vos llegas a la puerta del Jardín de Infantes con tus esperanzas y tus ambiciones hechas pedazos, después de una larga jornada de trabajo, él puede remediarlo todo con dos palabras mágicas:
“¡Hola mamita!”
(autor anónimo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario